Había una vez una hija que se quejó con su padre que su vida era miserable y que no sabía cómo iba a lograr nada. Estaba cansada de pelear y de luchar todo el tiempo. Parecía que nomás resolvía un problema, otro pronto aparecía. Su padre, un chef, la llevó a la cocina. Llenó tres ollas con agua y las puso todos en fuego alto. Al comenzar a hervir las tres ollas, colocó papas en la primera, huevos en la segunda y granos de café en la tercera. Los dejó que hirvieran, sin de