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Reporte de Caso de US: Absceso Hepático Amebiano

Revisión del caso:

Paciente masculino joven con dolor en cuadrante superior derecho (CSD), fiebre intermitente, malestar general, diarrea y síntomas no específicos. El paciente vive en una aldea rural en Honduras y es comerciante. El examen físico, aparte de la leve sensibilidad en cuadrante superior derecho, no es significativo. Los exámenes de laboratorios muestran una ligera elevación de las transaminasas.

En este paciente, el diagnóstico diferencial es bastante extenso y debe incluir todas las causas típicas de dolor abdominal, desde colelitiasis hasta duodenitis y enfermedad de úlcera péptica. Una leve elevación de las transaminasas y los síntomas inespecíficos también deberían desencadenar la consideración de enfermedades por rickettsias. Sin embargo, otras consideraciones en este contexto deben incluir la hepatitis A, tuberculosis, enfermedad hidatídica (equinococosis), fiebre entérica, brucelosis, absceso hepático amebiano, tifus, fasciola hepática, VIH y leptospirosis.

Seguimiento del caso:

Los médicos de emergencia decidieron hacer un ultrasonido. Se encontró que nuestro paciente tenía dos colecciones de líquido distintas en la ecografía con un pequeño derrame pleural derecho, sospechoso de absceso hepático por entamoeba roto. El absceso piógeno también estaba en el diferencial, pero era menos probable, especialmente debido al involucramiento pleural, la elevación del hemidiafragma derecho en la placa de tórax y la demografía del paciente. Comenzó a recibir metronidazol por vía intravenosa y tuvo mejoría en 24 horas, y fue dado de alta en el día 3.

Revisión de amebiasis:

Los abscesos hepáticos por entamoeba son bastante infrecuentes, pero son una complicación grave de la amebiasis. Adquiridos a través de la vía oral fecal y, por lo general causa de colitis, los abscesos hepáticos ocurren en menos del 1% de las infecciones amebianas. Los abscesos se presentan más comúnmente con dolor en el CSD subagudo y fiebre, aunque suelen presentarse de manera crónica, con pérdida de peso y dolor abdominal. Basado en varias series de casos, la ictericia y transaminitis son poco frecuentes, pero no es infrecuente una leucocitosis sin eosinofilia.

El diagnóstico en lugares con recursos limitados es a menudo clínico, sin embargo, la serología es una opción. Una serie de casos de 30 individuos con abscesos hepáticos amebianos mostró que sólo el 25% tenía quistes o trofozoitos presentes en la microscopía de heces. La prueba de antígeno en las heces puede mejorar la sensibilidad. Según informes, la ecografía tiene una sensibilidad de un 90% para el diagnóstico de abscesos. Un método de última instancia en caso de incertidumbre es una muestra por aspiración del material purulento clásico: "pasta de anchoas". Si la serología no es posible, la diferenciación entre un absceso amebiano y un absceso piógeno se reduce esencialmente a factores de riesgo, sospecha clínica y muestra por aspiración.

Incluso en casos graves, como el de nuestro paciente que experimentó una ruptura hacia el espacio pleural, los agentes amebicidas como el metronidazol suelen ser suficientes. El tratamiento debe incluir tanto un agente tisular, como el metronidazol, y un agente luminal, como la paromomicina. La cirugía está reservada para sobreinfecciones o abscesos muy grandes. En el caso de ruptura en el pericardio, debe existir un umbral más bajo para la aspiración, dado el riesgo de taponamiento.

Revisión de ultrasonido:

Nuestro paciente demostró una colección clara de líquido de 2x2 cm y otra colección más grande con niveles de aire que, aunque inicialmente estaban ausentes, aparecieron después de la ruptura a través del diafragma.

Referencias:

Díaz-González E, Manzanedo-Terán B, López-Vélez R, Dronda F. Absceso hepático amebiano autóctono: caso clínico y revisión de la literatura médica. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2005;23(3):179-81.

Autores:

W. Tyler Winders, MD

Lucia Dominguez, MD

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